Gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela: Incapacidad Política y Alejamiento de la Ciudadanía




En un país donde la realidad golpea con fuerza a los más vulnerables, el Gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, parece empeñado en mantenerse ajeno a las penurias del pueblo que debería representar. Sus recientes declaraciones, al afirmar que "el ajuste no lo está pagando la casta, sino el pueblo", revelan una alarmante falta de sensibilidad y entendimiento de la situación que enfrentan los riojanos.

Quintela evidencia una profunda incapacidad para comprender que el ajuste económico impuesto no solo afecta a las familias argentinas, sino que las sumerge en niveles de pobreza insostenibles. Al señalar que "no solo no disminuyó la pobreza, sino que se profundizó a niveles insostenibles", el gobernador parece desligarse de cualquier responsabilidad, incluso de su propia participación en el sistema político.

Resulta preocupante que Quintela se refiera a sí mismo como parte de la "casta", mostrando así su apego a un sistema político anacrónico y clientelar que ha demostrado ser ineficaz para abordar las necesidades reales de la población. Su negativa a realizar sacrificios políticos en beneficio del pueblo de La Rioja es una afrenta a la confianza depositada en él por los ciudadanos que lo eligieron.



Mientras tanto, la ciudadanía riojana, azotada por la adversidad económica y social, parece resignarse a la falta de alternativas. La falta de distinción entre quienes detentan el poder y la apatía hacia la posibilidad de cambio perpetúan un ciclo de descontento y desesperanza. Recordemos que a fines de 2022 el nivel de pobreza en la ciudad era del 44% y 7% de indigentes.

"No estoy para nada de acuerdo con eso de correr al Estado y dejar la vida de los argentinos en manos del mercado", añadió el Gobernador Ricardo Quintela.

De todas formas, aclaró: "Nosotros no estamos en contra del mercado, pero el mercado no puede regir la vida de los argentinos".

Esta declaración, aunque pretenda mostrar un equilibrio entre el rol del Estado y el mercado, revela una mentalidad mesiánica por parte de Quintela. Al atribuir al Estado la responsabilidad exclusiva de proteger a los ciudadanos del supuesto descontrol del mercado, Quintela parece asumir un papel de salvador que debe rescatar al pueblo de La Rioja de las garras del capitalismo. Esta postura, aunque pueda ser popular en ciertos sectores, corre el riesgo de perpetuar la dependencia del gobierno y limitar el potencial de iniciativa y crecimiento económico de la región. En lugar de asumir un papel mesiánico, Quintela debería promover políticas que fomenten la colaboración entre el Estado y el mercado para el beneficio de todos los riojanos. En definitiva es el comportamiento de los ciudadanos quienes modelan el mercado.



En medio de la desilusión y el desencanto, la situación en La Rioja no es solo un reflejo de la realidad política de la provincia, sino también un recordatorio de los desafíos que enfrenta toda la sociedad argentina. La falta de empatía y visión a largo plazo por parte de las autoridades solo perpetúa el ciclo de desigualdad y sufrimiento. Sin embargo, es importante recordar que el poder de cambio reside en la ciudadanía misma. Es hora de que los habitantes de La Rioja y de toda Argentina exijan responsabilidad y transparencia a sus líderes, hay estar dispuestos a tomar medidas concretas para impulsar el progreso y la justicia social. Solo a través del compromiso cívico y la participación activa se pueden superar los obstáculos y construir un futuro más justo y próspero para todos.

Es imperativo que el Gobernador Ricardo Quintela tome conciencia de la gravedad de la situación y actúe en consecuencia. La complacencia y la falta de acción solo profundizan la brecha entre el gobierno y el pueblo, alimentando la desconfianza y el descontento. La Rioja merece un liderazgo comprometido con el bienestar de todos sus ciudadanos, no solo con los intereses de una élite política desconectada de la realidad.


Crédito de las fotos telam.com.ar


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