Consorcio narco: ¿Una nueva alianza contra el gobierno?



En la ciudad de Rosario, una serie de recientes acontecimientos ha suscitado preocupación entre los investigadores judiciales. La pregunta que surge es si los grupos criminales han evolucionado hacia una inusual alianza, dejando de lado sus disputas territoriales para enfrentar un enemigo común: el gobierno de Maximiliano Pullaro.

La teoría de un "consorcio narco" gana fuerza en medio de los últimos hechos violentos que han conmocionado a la ciudad. Los asesinatos de los taxistas Héctor Raúl Figueroa y Diego Alejando Celentano, así como el ataque a la comisaría 19, han dejado huellas que apuntan hacia una coordinación entre los criminales. El uso de la misma arma y munición en varios de estos crímenes refuerza esta hipótesis.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha sugerido la existencia de "acciones coordinadas" por parte de abogados de líderes narcos, presentando hábeas corpus para cuestionar las condiciones de detención en penales federales. Esta estrategia se interpreta como una reacción frente a las medidas implementadas en las cárceles, especialmente dirigidas a los presos de alto perfil.

El descenso significativo en los índices de homicidios durante los primeros meses del año, atribuido al operativo Bandera, también alimenta la sospecha de un pacto entre los grupos criminales. La aparición de carteles con la palabra "unidos" y mensajes contra las autoridades provinciales refuerzan esta teoría.





El cambio en las condiciones carcelarias, con controles más estrictos y la incomunicación con el exterior, ha afectado el accionar de los líderes narco encarcelados. El gobierno de Santa Fe interpreta esta reacción como un signo de desesperación de los criminales al perder el control desde las prisiones.

La conformación de un posible consorcio narco en Rosario no solo representa un desafío para las autoridades locales, sino que también refleja una tendencia observada en otros países de la región, donde las cárceles se convierten en centros de articulación del crimen organizado.

En medio de la incertidumbre, los investigadores continúan monitoreando las comunicaciones en busca de evidencias que esclarezcan estos hechos. Mientras tanto, el gobierno provincial reafirma su compromiso de mantener las medidas que han generado la reacción de los grupos criminales, con el objetivo de restablecer el orden y la seguridad en la región.

La situación respecto a la posible emergencia de un conflicto interno en el país sin duda plantea desafíos significativos, especialmente considerando las limitaciones impuestas a las fuerzas armadas por la Ley de Seguridad Interior. La falta de equipamiento adecuado y capacitación para tales operaciones complica aún más la capacidad para abordar de manera efectiva este nuevo escenario.

Enfrentar este desafío requiere un enfoque multifacético que involucre no solo acciones legislativas y judiciales, sino también estrategias integrales para la aplicación de la ley, la recopilación de inteligencia y el compromiso comunitario. Si bien ha habido propuestas de modificaciones legales para facultar a las fuerzas armadas a enfrentar amenazas internas de manera más efectiva, enfrentar estos cambios en medio de la resistencia política es un esfuerzo complejo.

En última instancia, abordar la posible escalada del conflicto interno demanda medidas proactivas, que incluyan una revisión de los marcos legales existentes, el fortalecimiento de las capacidades de aplicación de la ley y la promoción de la cooperación entre las agencias gubernamentales y la sociedad civil. La urgencia de esta situación subraya la necesidad de una acción decisiva y coordinada para prevenir una mayor escalada y garantizar la seguridad de la población.

Créditos de las imágenes: latercera.com, lacaión.com.ar

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