DIPUTADOS: la verdad, la imagen que tenemos es bochornosa.

En una inusual expresión de autocrítica, el Diputado Miguel Angel Picheto reflexionó hoy sobre la agitada sesión en la Cámara baja. El político argentino pidió disculpas por su anterior manifestación, destacando que sus críticas no estaban dirigidas a los diputados, sino a la barra y a quienes proferían insultos en el recinto.





La autocrítica del Diputado Miguel Angel Picheto, aunque valiosa, deja un sabor amargo al reconocer los problemas de la sesión en la Cámara baja. Si bien es loable que haya pedido disculpas y señalado la importancia de preservar la dignidad institucional, resulta insuficiente para abordar la raíz de los problemas evidenciados en el Congreso argentino.

La crítica del legislador a la falta de disciplina y especialización en los discursos actuales revela una nostalgia por un pasado que quizás idealiza. En lugar de ofrecer soluciones concretas para mejorar el debate y la calidad de la discusión legislativa, su intervención parece limitarse a lamentar la situación actual.

La preocupación expresada por el deterioro de la política como valor y la representación institucional es válida, pero sería más constructivo que los políticos, incluido Picheto, se comprometieran activamente a cambiar esta dinámica. Se necesita un esfuerzo colectivo para fomentar un ambiente de respeto, disciplina y especialización en el que los debates se centren en los asuntos relevantes para el país.

La reflexión que surge de estas palabras es la necesidad urgente de una reforma profunda en la cultura política argentina. Es crucial que los legisladores vayan más allá de las disculpas y trabajen en medidas concretas para mejorar la calidad de los debates, fomentar la especialización en los temas tratados y, sobre todo, reconstruir la confianza de la ciudadanía en sus representantes.

Este episodio sirve como recordatorio de que la responsabilidad recae no solo en reconocer los problemas, sino en emprender acciones decididas para cambiar el rumbo. La política no puede ser solo un reflejo de la sociedad; debe ser un espacio donde se construyan soluciones y se promueva el bien común. La sociedad argentina merece un Congreso que esté a la altura de sus expectativas y que trabaje incansablemente para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.



Síguenos por nuestro canal de WhatsApp.

Comentarios