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¿Que está ocurriendo? Los desagües y canales de la ciudad se estarían conviertiendo en un problema recurrente durante las lluvias, no se sabe si no están adecuadamente mantenidos ni ampliados para hacer frente al aumento de las precipitaciones. Esto provoca inundaciones en calles y viviendas, dejando a los ciudadanos en una situación de vulnerabilidad y desesperación. La falta de inversión en infraestructuras básicas para el drenaje del agua demuestra una clara negligencia por parte del gobierno, que parece priorizar otros gastos innecesarios en lugar de abordar las necesidades urgentes de la población.
La creciente indignación entre los ciudadanos es palpable, ya que se sienten abandonados por un gobierno que, obviamente desde hace años, no los considera una prioridad. La rabia se intensifica al ver cómo se destinan recursos públicos a proyectos superfluos mientras las calles se convierten en ríos y las casas quedan bajo el agua, amén de las carencias que se están viviendo a causa del desgobierno de gestiones anteriores. Esta falta de respuesta y acción por parte de las autoridades solo aumenta la sensación de desconfianza y decepción en una población que exige soluciones concretas y un verdadero compromiso con su bienestar.
El despilfarro de fondos públicos y las prioridades cuestionables han vuelto a poner en tela de juicio la gestión del gobierno de la provincia de Córdoba. Con una alarmante y evidente falta de responsabilidad fiscal, las autoridades provinciales parecen estar más preocupadas por su imagen política que por el bienestar y las necesidades reales de sus ciudadanos.
Uno de los aspectos más preocupantes es el manejo inadecuado de los recursos públicos. Se han destinado sumas exorbitantes a proyectos dudosos y, en muchos casos, absurdos. La construcción de una bicisenda en altura, con un costo astronómico de $777.000.000, es solo un ejemplo de derroche irresponsable que demuestra la desconexión de las autoridades con las necesidades reales de la población. Una foto del Gobierno reza "Seguimos haciendo", habría que evaluar si lo que se hace sirve realmente al soberano que les otorgó mandato.
Además, el gasto sideral en publicidad, que asciende a la asombrosa cifra de $26.000.000.000, levanta serias sospechas sobre las verdaderas intenciones del gobierno. Parece que se prefiere invertir en una campaña de imagen para encubrir la falta de resultados tangibles.
La negligencia en la construcción de infraestructuras básicas como escuelas y hospitales es otra mancha en el expediente del gobierno cordobés. Se han reportado numerosos casos de vicios en la construcción, lo que pone en riesgo la seguridad y el bienestar de los ciudadanos que deberían beneficiarse de estas instalaciones.
Es inaceptable que, a pesar de los millonarios gastos en publicidad y proyectos extravagantes, la provincia de Córdoba siga enfrentando problemas tan básicos como inundaciones debido a la falta de infraestructuras adecuadas para gestionar el agua. El gasto de $400.000.000 en plantines, mientras que las calles se convierten en ríos con apenas unas gotas de lluvia, es una afrenta a la inteligencia de los ciudadanos que merecen respuestas y soluciones reales.
En resumen, el gobierno de Córdoba ha demostrado una falta alarmante de responsabilidad y prioridades distorsionadas. Es hora de que las autoridades rindan cuentas por el manejo irresponsable de los fondos públicos y se centren en atender las necesidades reales de la población en lugar de perseguir intereses políticos y personales. Los ciudadanos de Córdoba merecen un gobierno transparente, responsable y comprometido con su bienestar, y es hora de exigir un cambio real en la forma en que se gestionan los recursos de la provincia.
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