"El Abuso del Poder: Políticos enriquecidos a costillas del pueblo"


Ayer en todas las redes se filtró la noticia, fotos y videos, donde queda expuesto Martín Insaurralde, hasta allí podría despertar laguna suspicacia. El hecho revista una gravedad tal que:

No sólo se filtró el hecho, se le aceptó la renuncia y ahora me pregunto: esto va a quedar así?

Este hecho debe ser investigado a fondo, castigado con una acción ejemplificadora. Después de todo lo que hemos vivido, aún hoy debemos soportar que esta casta (como se dice hoy) se nos siga riendo en la cara? Esto lo hemos permitido nosotros como ciudadanos. 

Qué pasa con los legisladores que no están promoviendo leyes que sancionen estos hechos? 

Qué pasa con la justicia, ya nadie actúa de oficio?

Qué pasa con los ciudadanos que no exigimos explicaciones y nos quedamos de brazos cruzados sonriendo frente al grotesco gracioso?

Curiosamente el barco alquilado se llama Bandido, 12000 Euros por día.






En la historia de la política, lamentablemente, existe un patrón recurrente de políticos que aprovechan sus cargos en el poder para enriquecerse personalmente. Este fenómeno, conocido como corrupción, es un flagelo que viene socavando a la Argentina, la confianza pública en las instituciones gubernamentales y mina la integridad de la democracia y hasta su continuidad,  con este nivel de corrupción solo falta que la ciudadanía dé un paso más, pues ya está demostrando el descontento de la gente con las bajísimas participaciones en las elecciones. 

Este modelo político no nos sirve para nada, habrá que ir pensando en otro modelo de representación que verdaderamente nos sirva, no este cambalache. La misma clase política nos está llevando a pensar en nuevas formas de representación, ya que ellos no representan a nadie, solo a sí mismos.

Es importante destacar que la corrupción no es exclusiva de un país o partido político en particular; es un problema global que afecta a todas las ideologías y geografías. Combatir esta lacra requiere un esfuerzo conjunto de la sociedad civil, los medios de comunicación independientes y las instituciones gubernamentales comprometidas con la transparencia y la rendición de cuentas.

La educación cívica, la denuncia de prácticas corruptas y la presión pública son herramientas poderosas para contrarrestar el abuso de poder por parte de los políticos. A medida que la sociedad se vuelva más consciente de los problemas de corrupción y exija una gobernanza ética, se podrá avanzar hacia un futuro en el que los líderes políticos trabajen verdaderamente en beneficio de sus ciudadanos y no para su propio enriquecimiento.

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